mércores, 23 de abril de 2014

El ser humano en esos momentos de silencio, preñados de emoción, puede realizar extraños movimientos que puedan parecer sin sentido, o en todo caso inexplicables. Sin embargo, y ahí está lo curioso, se mueven con las mismas acciones que usan al cortar madera, transportar, reparar, armar, o cualquier otra operación cotidiana. (Pag. 157: 1987)
Laban, Rudolf (1987): El dominio del movimiento. Madrid. Fundamentos.


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